Cuando vamos a Benasque se hace imprescindible ir a cenar al Rincón de Cerler. Es uno de nuestros sitios favoritos para ir a cenar un buen solomillo después de un día de buena caminata. Y no es solo por el solomillo, que es espectacular, también por el ambiente, la chimenea, las decoración, la luz, las mesas, el trato...todo hace que la experiencia sea perfecta, por lo menos a nuestro parecer.
Para empezar os pongo una foto del Valle de Benasque, está sacada desde una pista que sube desde Chía al puerto de Sahún. Los pueblos que se ven son Sahún y Benasque. Para los que no lo conozcáis es un valle precioso, os recomiendo una visita en cualquier época de año.
Pues después de una día de caminar, y bastante, lo que mas apetece es una buena cena y, como siempre elegimos el Rincón de Cerler. Como su nombre dice, es un rincón con mucho encanto que está en el Pueblo de Cerler, al lado de la iglesia.
El sitio es pequeño, creo que tiene unas 6 o 7 mesas. La piedra, la madera y, sobretodo, la chimenea y la iluminación hacen de él un lugar de lo más acogedor.
Lo mejor de todo es que tu ves como te van haciendo la carne y las verduras en la parrilla.
Así que ahí teníamos nuestros pedazo de solomillos y la brocheta haciéndose lentamente.
Y mientras vamos abriendo boca con una tosta de jamón.
Y un vino del Somontano.
Y llega lo bueno, los solomillos en su punto y la brocheta de verduras con salsa Romescu. La verdad que el trozo de solomillo es bastante grande, yo creo que mas de 250gr, y está súper tierno. En la foto sale entero porque casi no me da tiempo a sacarla de la emoción y buena pinta que tenía :-) . Muy importante, pedirlo, como mucho, al punto, el sabor es esquisito y no sangra. La brocheta también está muy bien con cebolla, pimiento verde, rojo, zanahoria, tomate, maíz y la salsa es casera. También ponen unas patatas como guarnición de los solomillos.
Y para terminar la tarta de queso, ésta no es casera, la compran en Benasque en una confitería que se llama el Laminero. Si probáis la tarta de queso al día siguiente fijo que iréis a comprar una a la confitería porque está buenísma.
Y para que nos llevemos buen sabor de boca, después de los cafés siempre invitan a un chupito de pacharán, hierbas, licor...no sólo invitan si no que Miguel, el parrillero, se toma un chupito contigo y te deja la por botella...por si acaso.
Y aquí se acaba una velada que intentamos repetir siempre que vamos a Benasque porque realmente es una experiencia gastronómica para todos los sentidos. Muy muy recomenbable.
¿Cuáles son vuestros restaurantes favoritos?
